En honor a la vida de Marta Correa Díaz, recordemos su legado de amor inquebrantable, gratitud apacible y coraje inagotable. Que su luz nos inspire a abrazar la resiliencia, a cultivar la paz interior y a contemplar cada día con esperanza renovada. En los momentos de oscuridad, recordemos que el amor perdura, que la gratitud nos fortalece y que la paz interior es un refugio seguro. Sigamos adelante con valentía, llevando en nuestro corazón el legado de amor y esperanza de Marta, sabiendo que su espíritu vive en cada acto de bondad y en cada gesto de compasión.
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22 de diciembre de 2019