En el jardín de la memoria de Marta Eguiguren Rozas florecen semillas de amor eterno, coraje inquebrantable y gratitud profunda. Que su legado de resiliencia ilumine nuestro camino, recordándonos que en cada desafío hay oportunidad para crecer. Que la paz que anhelaba abrace nuestros corazones, guiándonos hacia un mañana lleno de esperanza. En su honor, sembremos cada día la semilla del amor incondicional y la bondad, cultivando un mundo donde el recuerdo de Marta sea un faro de luz y consuelo. Que su espíritu perdure en nuestras acciones, inspirándonos a vivir con propósito y generosidad.
Publicado en el archivo
4 de marzo de 2020