En el legado de Marta Tulia Pérez Muñoz encontramos un faro de amor inquebrantable, un río de coraje que fluye eternamente, una fortaleza que inspira la resiliencia en los momentos más oscuros, una lluvia de gratitud por las pequeñas alegrías de la vida y un refugio de paz para el alma cansada. Que su memoria nos recuerde que en cada amanecer hay una nueva oportunidad para abrazar con valentía el futuro, para cultivar la gratitud en nuestro corazón y para encontrar paz en medio de la tormenta. Que su luz siga guiando nuestros pasos con amor y esperanza.
Publicado en el archivo
25 de octubre de 2019