Que la luz del amor que Maud María Raquel Huerta Toro compartió con el mundo sea un faro de esperanza en los momentos oscuros, recordándonos la importancia de la gratitud y la resiliencia. Que su coraje inspire nuestras propias batallas y su paz sea un bálsamo para nuestros corazones afligidos. En su memoria, abracemos cada día con valentía y amor, sabiendo que cada paso que damos nos acerca a la paz interior que tanto anhelamos. Que su legado nos recuerde la belleza de vivir con propósito y bondad, extendiendo una mano amiga a quienes lo necesitan.
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20 de enero de 2020