Que la luz del amor que Miguel Arrate Rodríguez sembró en el mundo continúe brillando en cada corazón, inspirando coraje, gratitud y resiliencia en tiempos de prueba. Que su memoria sea un faro de esperanza, recordándonos que en cada amanecer hay nuevas oportunidades para abrazar la vida con paz y bondad. Sigamos adelante con la certeza de que cada paso que damos, cada palabra que pronunciamos, lleva consigo el legado de aquellos que han tocado nuestras vidas con su amor incondicional. Que su espíritu perdure como un canto de esperanza en nuestro caminar.
Publicado en el archivo
31 de julio de 2019