En el jardín de la vida, Moira dejó el legado de su amor incondicional, la valentía de su espíritu y la gratitud por cada instante vivido. En su memoria, recordemos que la resiliencia nos permite florecer tras la adversidad, que la paz interior es nuestro refugio en tiempos turbulentos. Sigamos adelante con la certeza de que cada amanecer trae consigo nuevas oportunidades de crecer y de amar. Que su luz ilumine nuestro camino y nos inspire a abrazar la vida con esperanza y generosidad. ¡Que la memoria de Moira sea un faro de amor eterno en nuestros corazones!
Publicado en el archivo
21 de abril de 2020