En memoria de Nena Oyarzabal de Ravard, recordemos que en cada amanecer encontramos el coraje para seguir adelante, la resiliencia para superar las adversidades y la gratitud por los momentos compartidos. Que el amor sea nuestro guía, la paz sea nuestro refugio y la esperanza nuestro motor. En cada lágrima derramada, en cada sonrisa compartida, encontremos la fuerza para abrazar la vida con valentía y compasión. Que su legado nos inspire a vivir con propósito, a amar sin reservas y a seguir soñando en colores aún en los días más oscuros.
Publicado en el archivo
4 de mayo de 2020