Recordemos a Nicanor Enrique Naranjo Ronda con gratitud y amor en nuestros corazones. Su legado de coraje y bondad nos inspira a abrazar la vida con valentía y esperanza, a pesar de los desafíos. En su memoria, cultivemos la resiliencia, nutriendo la paz interior que nos guía en tiempos de incertidumbre. Que su luz nos recuerde la belleza de cada amanecer y la fuerza de la unidad en la diversidad. Sigamos adelante con humildad y generosidad, extendiendo nuestras manos con compasión y empatía hacia aquellos que lo necesitan. ¡Que el amor y la esperanza sean nuestro legado compartido!
Publicado en el archivo
22 de enero de 2020