Que la luz del amor eterno que Norma Awad Ruz irradiaba siga guiando nuestros corazones en tiempos de oscuridad, recordándonos la fuerza del coraje y la resiliencia. Que el legado de gratitud que sembró florezca en nuestras acciones diarias, cultivando la paz interior y compartiéndola con el mundo que nos rodea. En su memoria, aprendamos a abrazar cada nuevo amanecer con esperanza renovada, sabiendo que su espíritu perdura en el tejido mismo de la vida. Que su ejemplo nos inspire a vivir con autenticidad y compasión, honrando su legado con cada paso que damos.
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5 de noviembre de 2019