En la memoria de Octavio Enrique Ovando Zúñiga, recordamos su amor inquebrantable, su coraje ante la adversidad y su resiliencia inigualable. Que su legado nos inspire a vivir con gratitud, a abrazar la vida con valentía y a cultivar la paz en nuestros corazones. En cada amanecer, encontremos la fuerza para seguir adelante, recordando que el amor perdura, la esperanza brilla y la paz interior es nuestro refugio. Que su recuerdo nos llene de luz y nos recuerde que cada día es una oportunidad para ser mejores, para amar más y para encontrar la verdadera felicidad.
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9 de mayo de 2020