Que la luz y el amor que Olga Amelia Bustos Valdés irradiaba en vida continúen iluminando nuestros corazones en la oscuridad, recordándonos que el coraje y la gratitud son semillas de esperanza que nunca deben marchitarse. En su memoria, abracemos la resiliencia con valentía, cultivemos la paz interior que tanto anhelaba y sigamos adelante con la certeza de que el amor perdura más allá de la partida física. Que su legado nos inspire a vivir con pasión, a valorar cada momento y a confiar en que la vida siempre nos guiará hacia la luz.
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10 de febrero de 2020