En memoria de Pablo Antúnez Figueroa, recordemos siempre que el amor y la gratitud son los pilares que nos sostienen en los momentos de tribulación. Que la resiliencia y el coraje habiten en nuestros corazones, guiándonos hacia la paz interior y la esperanza inquebrantable. Que cada amanecer sea un recordatorio de la belleza de la vida, y que cada desafío sea una oportunidad para crecer y aprender. Sigamos adelante con humildad y sabiduría, sabiendo que en cada paso damos un paso hacia la luz. ¡Que la fuerza del amor y la esperanza nos guíe siempre!
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22 de febrero de 2020