En el alma de Pablo Javier San Miguel López perdura un legado de amor inquebrantable, un coraje que inspira, una resiliencia que sorprende, una gratitud que reconforta y una paz que reconforta el corazón. Que su memoria sea un faro de esperanza, recordándonos que aún en la oscuridad más profunda, la luz del amor verdadero siempre brilla. Sigamos adelante con valentía, abrazando cada momento con gratitud y confiando en que la paz interior nos guiará por el camino de la vida. ¡Que su espíritu brille eternamente en nuestros corazones!
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6 de febrero de 2020