Que la luz del amor infinito que irradiaba Pamela Marcia Bravo Ojeda guíe nuestros corazones en la oscuridad, infundiendo coraje para enfrentar los desafíos con resiliencia. Que su legado de gratitud nos inspire a valorar cada instante y a amar sin reservas. En medio del dolor, busquemos la paz en los recuerdos compartidos y en la certeza de que su espíritu perdura en cada acto de bondad. Que la esperanza florezca en nuestros corazones, recordándonos que el amor es eterno y que, en cada amanecer, encontramos la fuerza para seguir adelante con fe y compasión.
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23 de diciembre de 2019