Que la luz eterna de Patricia Angélica Hidalgo Arriagada ilumine nuestros caminos con amor incondicional, infundiendo coraje en nuestros corazones para superar las adversidades. Que su legado de resiliencia nos inspire a levantarnos con gratitud por cada nueva oportunidad que se nos presenta. En su memoria, cultivemos la paz interior que nos permita aceptar la belleza de la vida tal como es, valorando cada instante con aprecio y serenidad. Que su espíritu perdure como un faro de esperanza, recordándonos que el amor es eterno y que en la unión encontramos fortaleza y consuelo.
Publicado en el archivo
8 de enero de 2020