En la suave brisa del recuerdo, Patricia Espinosa Argomedo vive eternamente como luz que guía nuestros pasos con humildad y serenidad. Que su legado inspire a abrazar cada amanecer con amor inquebrantable y a sembrar semillas de esperanza en cada corazón, recordándonos que en la calma del presente florece la fortaleza para afrontar el mañana con valentía. En cada sonrisa compartida y en cada lágrima de gratitud, su espíritu perdura, recordándonos que en la sencillez de cada momento y en la grandeza de cada corazón reside la belleza de la vida.
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16 de mayo de 2019