En la quietud de cada amanecer, el legado de Patricia Jeannette Reyes Olivares florece en las sonrisas compartidas y en los sueños que persisten. Que su luz guíe nuestros pasos con humildad, recordándonos que el amor es eterno y la esperanza nunca se desvanece. En cada latido de nuestro ser, encontremos la fuerza para abrazar la vida con gratitud y serenidad, sabiendo que en cada desafío también yace una semilla de renovación. Que su memoria sea un bálsamo de consuelo y inspiración, recordándonos siempre que en la oscuridad más profunda, brilla la chispa de la esperanza.
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17 de mayo de 2019