En el legado de Pedro Del Río Gazitúa encontramos una llama eterna de amor que nos guía, coraje que nos impulsa, resiliencia que nos fortalece, gratitud que nos eleva y paz que nos transforma. Hagamos honor a su memoria abrazando la vida con ternura, valentía y esperanza, recordando que cada paso que damos es un tributo a su espíritu luminoso. Que su legado nos inspire a ser compasivos, a superar adversidades con fe y a cultivar la gratitud por cada momento vivido. En su nombre, sigamos adelante con el corazón lleno de amor y gratitud.
Publicado en el archivo
22 de mayo de 2020