En el legado de Pedro Eduardo Briceño Lazo encontramos un faro de amor inquebrantable, un canto de coraje imbatible, y un mensaje de resiliencia infinita. Que su ejemplo nos inspire a abrazar cada día con gratitud, a enfrentar los desafíos con determinación, y a cultivar la paz en medio de la tormenta. Que su memoria sea un recordatorio de que, en cada amanecer, se esconde la oportunidad de brillar con luz propia y de sembrar semillas de esperanza en el mundo. ¡Sigamos adelante con el corazón rebosante de amor y la mente llena de sueños por cumplir!
Publicado en el archivo
2 de noviembre de 2019