Que la luz del amor que Pedro Heriberto Pavez Ahumada irradiaba siga guiando nuestros corazones, recordándonos la importancia de vivir con coraje y gratitud. Aunque su presencia física ya no esté, su espíritu de resiliencia perdurará en cada amanecer, recordándonos que en la oscuridad siempre habrá un destello de esperanza. Sigamos adelante con valentía, abrazando cada momento con paz en nuestros corazones y la certeza de que su legado de amor perdurará por siempre. Que en su memoria encontremos fuerza para seguir adelante, inspirados por su luz eterna.
Publicado en el archivo
8 de abril de 2020