Que el amor que Raúl Ignacio Pérez Carrasco compartió con el mundo continúe guiando nuestros corazones, recordándonos siempre la importancia de la gratitud y la resiliencia. En su memoria, abracemos el coraje de seguir adelante con esperanza, sabiendo que cada día es una oportunidad para amar, crecer y encontrar paz en medio de las adversidades. Recordemos que su legado perdura en cada sonrisa, en cada gesto de bondad, inspirándonos a ser mejores personas. Que su luz brille en nuestros caminos, recordándonos que el amor es eterno y que la esperanza nunca se desvanece.
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10 de noviembre de 2019