En el legado de Ramón Antonio González González, recordemos que el amor y la gratitud son semillas de paz que cultivan coraje y resiliencia en nuestros corazones. Demos paso a la luz que irradia su memoria, guiándonos a abrazar la esperanza con fuerza y humildad. En cada paso que damos, en cada suspiro de vida, encontremos la fortaleza para seguir adelante, transformando nuestras heridas en alas de compasión. Que su recuerdo sea un faro de amor que nos inspire a vivir con autenticidad, bondad y valentía, recordando que la vida es un regalo precioso que merece ser vivido con plenitud.
Publicado en el archivo
11 de septiembre de 2019