En el legado de Ramón Downey Alvarado encontramos la promesa de que el amor y la gratitud pueden transformar nuestras vidas, infundiendo coraje y resiliencia en cada paso que damos. Que su luz nos guíe hacia la paz interior, recordándonos que en medio de la oscuridad siempre hay espacio para la esperanza. Honremos su memoria abrazando la vida con valentía, siendo testigos de la belleza que se encuentra en la sencillez de cada momento. Que su ejemplo nos inspire a cultivar la bondad en nuestro camino, recordando siempre que el amor es la fuerza más poderosa que guía nuestros corazones.
Publicado en el archivo
23 de septiembre de 2019