En memoria de Raquel Dumay Deramond, recordemos que en la vida, cada lágrima derramada es un testimonio de amor y coraje, un recordatorio de nuestra resiliencia. En medio del dolor, cultivemos la gratitud por los momentos compartidos, por las risas y por los abrazos. Que la paz interior nos guíe en el camino, uniendo nuestros corazones en un abrazo silencioso. Que la luz de la esperanza brille siempre en nuestros días, recordándonos que aun en la oscuridad, el amor perdura. Sigamos adelante con valentía, sabiendo que el amor es eterno.
Publicado en el archivo
27 de febrero de 2020