En el jardín de la vida, las semillas que Ricardo Arancibia Castro sembró con amor y coraje florecerán eternamente, recordándonos la importancia de la resiliencia y la gratitud en nuestro camino. Que su legado de paz ilumine nuestros corazones en los momentos oscuros, y nos inspire a abrazar la vida con valentía y compasión. Que cada paso que demos esté lleno de esperanza y bondad, sabiendo que su espíritu vive en cada flor que florece y en cada rayo de sol que nos acaricia. Que su recuerdo nos guíe hacia un mañana lleno de amor y luz.
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14 de enero de 2024