Que la luz del amor eterno que Ricardo Gálvez Blanco compartió con el mundo siga brillando en nuestros corazones, recordándonos la importancia de ser valientes en la adversidad, resilientes ante los desafíos y agradecidos por cada instante de vida. En su memoria, abracemos la paz interior que nos guíe en momentos de tribulación, y recordemos que en cada amanecer hay una nueva oportunidad para regalar bondad y esperanza a quienes nos rodean. Que su legado nos inspire a vivir con pasión y compasión, forjando un futuro lleno de amor y luz.
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8 de enero de 2024