Que el amor que Rigoberto García Castro sembró en su vida continúe irradiando coraje y resiliencia a quienes lo recuerdan. En cada sonrisa, en cada lágrima, en cada paso, que encuentren la fuerza y la gratitud para seguir adelante. Que la paz interior les acompañe en el camino, recordándoles que la esperanza nunca se desvanece, sino que se transforma en luz que guía en la oscuridad. En cada amanecer, en cada anochecer, en cada latido del corazón, que encuentren la belleza de la vida y la valentía de seguir adelante con amor y fe inquebrantable.
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30 de abril de 2020