Que la luz del amor que Rina irradiaba siga iluminando nuestros caminos, recordándonos la importancia de vivir con coraje y gratitud. Su resiliencia nos enseña que, ante la adversidad, es posible encontrar paz y esperanza en nuestro interior. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con valentía, a valorar cada instante y a nutrir nuestros corazones con bondad. En su memoria, cultivemos la fuerza para seguir adelante con serenidad, recordando que el amor perdura más allá del tiempo y nos conecta eternamente. Que su espíritu nos acompañe siempre.
Publicado en el archivo
14 de julio de 2019