En el rincón más profundo de nuestros corazones, el legado de Rodrigo Amenábar Tirado brilla con amor inquebrantable, enseñanzas de coraje y una luz eterna de esperanza. Que cada amanecer nos regale la fuerza de la resiliencia, cada encuentro la chispa de gratitud, y cada silencio la serenidad de la paz interior. Recordemos su valiosa presencia con amor eterno, siguiendo adelante con nobleza y fe en cada paso que damos. Que su memoria sea un faro de inspiración y consuelo, guiándonos en el camino de la vida con amor y esperanza.
Publicado en el archivo
20 de diciembre de 2019