En honor a la memoria de Sebastián Castro Olave, recordemos que en cada amanecer reside la oportunidad de abrazar el amor incondicional, abrazar la vida con gratitud y valentía, nutrir la resiliencia y encontrar la paz que necesitamos. Que cada lágrima se convierta en fortaleza, cada recuerdo en luz, y cada suspiro en esperanza. Sigamos adelante con el corazón abierto, extendiendo nuestras manos hacia el cielo, conscientes de que en cada desafío hay una oportunidad para crecer, para sanar, y para amar más profundamente. ¡Siempre hay luz en el horizonte, no perdamos la fe!
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30 de junio de 2019