Que el amor que Sergio Iván Piña Yancovic sembró en este mundo nos inspire a abrazar la vida con gratitud y coraje, a abrazar cada amanecer con esperanza renovada y a cultivar la resiliencia en nuestros corazones. Que el recuerdo de su valentía nos recuerde que siempre hay luz después de la oscuridad y nos guíe hacia la paz interior. En su honor, sigamos adelante con determinación y compasión, extendiendo nuestras manos hacia los demás y construyendo un mañana lleno de amor y bondad. Que su legado perdure como un faro de esperanza en nuestro camino.
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23 de julio de 2019