En el legado de Sylvia Béjares de Mangelsdorff perdura un canto de amor eterno que guía nuestros pasos con coraje y gratitud. Que su luz nos inspire a abrazar la vida con resiliencia, transformando cada instante en un refugio de paz interior. Que su memoria nos impulse a cultivar la esperanza, floreciendo en cada nuevo amanecer.
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21 de julio de 2024