Que la luz que irradiaba Sylvia Elizabeth Spikin Urrutia siga iluminando nuestros caminos en los momentos oscuros, recordándonos que el amor y la esperanza nunca mueren, sino que se transforman en energía eterna que nos impulsa a seguir adelante con humildad y serenidad. En cada sonrisa compartida, en cada gesto amable, en cada palabra de aliento, en cada acto de compasión, encontraremos su legado vivo, inspirándonos a vivir con pasión y gratitud, sabiendo que su espíritu perdura en cada latido de nuestros corazones. Que su memoria sea un tesoro de amor infinito que nos guíe siempre.
Publicado en el archivo
14 de mayo de 2019