En el legado de Teresa de Jesús Sánchez González perdura un brillo eterno de amor incondicional, coraje indomable y gratitud profunda. Su espíritu resiliente nos guía en la búsqueda de la paz interior y la esperanza renovada. Que su memoria nos inspire a abrazar la vida con valentía, a cultivar la gratitud en cada paso y a irradiar amor a nuestro alrededor. En cada suspiro, en cada sueño, en cada amanecer, recordemos su luz como un faro que ilumina nuestro camino, recordándonos que, incluso en la oscuridad, siempre podemos encontrar motivos para sonreír.
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12 de diciembre de 2019