En la huella luminosa de Teresa Isabel Olivares Mardones perdura el amor que trasciende, el coraje que sostiene, la resiliencia que inspira y la gratitud que reconforta. Que su legado de paz infinita nos guíe en el camino, recordándonos que en cada amanecer hay un nuevo motivo para abrazar la vida con valentía y esperanza. Que su memoria sea un faro de luz en los momentos de oscuridad, recordándonos que el amor perdura más allá de la distancia. En cada latido, en cada suspiro, encontremos la fortaleza para seguir adelante con fe y amor inquebrantables.
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22 de junio de 2019