En el legado de Verónica Jaramillo Viñuela perdura un río de amor inagotable que nos invita a navegar con coraje en aguas turbulentas. Su resiliencia es faro que ilumina caminos de esperanza y gratitud, recordándonos que en cada amanecer se esconde la promesa de un nuevo comienzo. Que su paz nos guíe en momentos de incertidumbre y su recuerdo nos impulse a abrazar la vida con valentía y compasión. Recordémosla con alegría, honrando su legado con actos de generosidad y bondad, tejiendo juntos un tapiz de amor y esperanza que perdure por siempre.
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22 de diciembre de 2019