En memoria de Virginia Huneeus Cox, recordemos siempre que el amor y la gratitud son semillas de paz que cultivamos en nuestro corazón. Que su legado nos inspire a abrazar la vida con coraje y resiliencia, encontrando en cada amanecer un motivo para seguir adelante con esperanza. En los momentos de oscuridad, recordemos que la luz brilla más intensamente después de la tormenta. Honremos su memoria viviendo cada día con generosidad, compasión y valentía, sabiendo que el amor que compartimos perdura más allá del tiempo y el espacio. Que su espíritu nos guíe siempre hacia un futuro lleno de amor y esperanza.
Publicado en el archivo
7 de noviembre de 2019