En cada semilla de amor sembrada por Virginia Suárez Suárez, florecerá un jardín de coraje y gratitud en los corazones que ella tocó. Con la resiliencia como guía y la paz como destino, recordemos su luz como un faro que nos inspira a seguir adelante con esperanza y bondad. Que su legado nos recuerde que el amor perdura más allá de la despedida, y que su presencia se hace eterna en cada acto de generosidad y compasión. En su memoria, abracemos la vida con valentía y agradecimiento, sabiendo que en cada amanecer encontramos una nueva oportunidad para amar.
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9 de marzo de 2024