Que la luz eterna de la memoria de Yoconda Enriqueta Leyton Jáuregui ilumine nuestros corazones con amor inagotable, infundiendo coraje en nuestras almas para enfrentar la adversidad con resiliencia. En cada amanecer, recordemos con gratitud sus enseñanzas y virtudes, cultivando la paz interior que nos guíe en el camino de la vida. Que su legado nos inspire a abrazar cada momento con pasión y compasión, recordando que el amor perdura más allá de la despedida. En su honor, sigamos adelante con fe, esperanza y la certeza de que su espíritu vive en nosotros.
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10 de junio de 2019